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Por Paulina Pizarro

Basado en el libro “Colon Health, the key to a vibrant life”

(Salud del colon, la llave que le abre una vida vibrante)

La calidad de los alimentos que consumimos es de vital importancia para cada fase de nuestra existencia. La buena nutrición regenera y reconstruye las células y los tejidos que constituyen el cuerpo. La comida no digerida y los procesos por los cuales los desechos son eliminados del cuerpo también son dependientes de una buena nutrición.

La posibilidad de lograr cualquier grado de salud vibrante se pierde si los desechos se fermentan, se acumulan y son retenidos por el cuerpo.

¿Qué tan conectada está  la salud general con el colon? Mucho más de lo que creemos.

¿Qué tiene que ver una espinilla con el colon? ¿Qué tienen que ver los problemas a los ojos, oídos o garganta con el colon? ¿Qué tiene que ver el colon con los pies, la cabeza, el corazón o las glándulas?

El cerebro

Desde el proceso de la gestación, pasando por el nacimiento, todo lo que nos mueve es energía; y es el cerebro el encargado de distribuir cantidades apropiadas de energía al cuerpo. Debido a su función administrativa, es muy sensible a la enfermedad: si ocurre fermentación o putrefacción en alguna parte del cuerpo, el hipotálamo enviará una señal de alerta. No es un accidente que el centro del colon transverso se asocie al hipotálamo. Es en esta zona del colon que se produce la absorción de líquido y elementos nutritivos. Las impurezas dentro del cuerpo tienen un efecto definitivo en la mente y el carácter; un cuerpo pútrido refleja su condición en el nivel donde funciona la mente.

Muy pocas personas se dan cuenta de cuán directa es la relación entre la condición del colon y la fatiga, el estrés y el nerviosismo. Antes de alcanzar un punto peligroso en estas insidiosas molestias, el colon frecuentemente trata de dar señales de advertencia, a veces en forma de cólicos o constipación. Nunca ataca a los humanos “de la nada”. Cuando los límites de tolerancia son gatillados por eventos como la muerte de un ser querido, problemas familiares, separaciones, problemas económicos, etc., es casi imposible mantener la paz mental o lograr un equilibrio emocional si descuidamos la salud del colon.

Tiroides

La capacidad de la tiroides de utilizar el yodo está relacionada con un colon limpio. Esto es particularmente evidente cuando aparece un bocio incipiente. Un colon limpio acelera el uso de yodo orgánico por la tiroides y logra que desaparezca el bocio incipiente.

El yodo es el ingrediente principal de la hormona tiroxina. Cuando la tiroides por alguna razón es incapaz de generar suficiente tiroxina, la piel obtiene un tinte peculiarmente grisáceo y se hincha o engruesa, el cabello se pone seco y quebradizo, el peso aumenta y, lo peor, hay falta de vigor y claridad mental. Esta condición es similar a la experimentada luego de una remoción de amígdalas, indicando la cercana relación entre la tiroides y las amígdalas, ambas muy influenciadas por la condición del colon.

“El requerimiento de yodo en adultos es relativamente pequeño: alrededor de un cuarto de miligramo a diario. Con media cucharada de alga kelp tiene de sobra. La puede mezclar con cualquier tipo de alimento, pero lo mejor es con ensaladas crudas y jugos de vegetales crudos”.

La importancia del equilibrio de agua en el cuerpo no se debe descuidar, ya que la tiroides está íntimamente involucrada en este proceso. El cuerpo humano está compuesto por entre un 75 y un 80% de agua. Si no llega suficiente agua al colon se produce constipación, así como heces duras, lo que hace doloroso el proceso de excreción. Por consiguiente, se debe prestar igual atención al colon y a la tiroides.

El metabolismo del cuerpo es dependiente de la hormona tiroxina para su funcionamiento; en estas áreas, la tiroides y el colon están relacionados.

El estómago

El estómago puede ser su amigo o enemigo, dependiendo de qué le ponga adentro. Lo que colocamos en el estómago determina lo que eventualmente habrá en el colon; no se puede escapar de este hecho. Decir “somos lo que comemos” es un cliché con mucho de cierto. Las células y tejidos del cuerpo son los sirvientes y son dependientes de usted para su nutrición.

Están constantemente y fielmente a su servicio, día y noche, por todos los años que le demos la oportunidad de regenerarse mediante una sana ali mentación.

La forma en que masticamos y salivamos la comida tiene una influencia considerable en los procesos de digestión y en la última emisión de la fibra y otro material no digerido desde el intestino delgado hacia el colon ascendente. Mientras más fina la masticación, más fácil es el trabajo para las glándulas digestivas y el hígado.

Los carbohidratos pasan al estómago muy rápido y requieren de sólo la mitad del tiempo de digestión en comparación a las proteínas. El proceso de digestión de las grasas es considerablemente más lento, en especial cuando se combinan con otros alimentos. Si la proteína se consume antes que el carbohidrato, el paso del carbohidrato por el tubo digestivo se retarda. La proteína, para ser digerida, necesita ácido clorhídrico, mientras que el carbohidrato necesita mayor cantidad de enzimas. Cuando se consumen carbohidratos y proteínas (de naturaleza concentrada) al mismo tiempo, el bolo de tal combinación provoca una difícil mezcla de enzimas y ácidos. Esto causa demora, por lo que el carbohidrato permanece en el estómago más tiempo de lo necesario, dando como resultado una fermentación eventual a medida de que va hacia la absorción y la eliminación. Esta condición tiene implicancias serias en los problemas de eliminación de la persona.

El colon es el mejor indicador de nuestros hábitos y de la condición de nuestro cuerpo, ya sea sano o no. Tener un colon limpio es el mejor seguro de salud que hay.

Fuente:

“Colon Health, the key to a vibrant life”; Norman W. Walker, D.Sc., PhD.

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